(Castellano) La Élite Global Está Demente–Reconsiderado

ORIGINAL LANGUAGES, 10 Aug 2020

Robert J. Burrowes, Ph.D. – TRANSCEND Media Service

En 2014 escribí un artículo titulado ‘La élite global está loca’. Quiero profundizar lo que expliqué en ese artículo para que se tenga una idea más clara de a qué nos enfrentamos en nuestra lucha por crear un mundo de paz, justicia y sostenibilidad ecológica.

Por supuesto, como lo expliqué anteriormente, no sólo la élite global es la que está loca. También están locos todos los políticos, empresarios, académicos, editores y periodistas de medios corporativos, jueces y abogados, burócratas… que sirven a la élite, incluso por no denunciarla y no resistirse a ella. Y es importante entender esto si queremos desarrollar e implementar estrategias eficaces para resistir la violencia, explotación y destrucción impuesta por la élite, pero también evitar la inminente extinción humana impulsada por su insaciable deseo de privilegios personales, ganancias corporativas y control político, sin que les importe cuál sea el costo para la biosfera y las formas de vida de la Tierra (tanto humanas como no humanas).

Pero primero, ¿quiénes integran la élite mundial? Esencialmente, son individuos extremadamente ricos – notablemente la familia Rothschild, Jeff Bezos, Bill Gates, Warren Buffett, Amancio Ortega, Mark Zuckerberg, Carlos Slim, la familia Walton y los hermanos Koch – junto con otros multimillonarios del mundo. Véase el ‘Índice de Millardarios de Bloomberg’.

Como testimonio de su riqueza y poder acumulados en secreto durante mucho tiempo, una investigación de 2012 concluyó que los ricos y sus familias tienen hasta 32 mil millones de dólares en activos financieros ocultos – sin contar activos no financieros como bienes raíces, oro, yates y caballos de carreras – en paraísos fiscales. Véase Red de Justicia Fiscal.

Si esta cantidad se dedicara a programas de elevación social, entonces el hambre, la pobreza, la falta de vivienda y otras privaciones inmediatamente desaparecerían y florecerían los proyectos de restauración ambiental, la investigación, el desarrollo y la aplicación de iniciativas visionarias de sostenibilidad. Y se desvanecería el concepto de “economías subdesarrolladas” o “en vías de desarrollo”, en África, Asia; Centro y Suramérica.

Sin embargo, además de estas personas, la élite mundial incluye a las principales empresas multinacionales*, entre las que cabe destacar las siguientes -aunque cabe señalar que esta lista simplifica considerablemente el panorama al ignorar el carácter conglomerado de muchas de estas empresas y no incluir muchas de las empresas privadas (más difíciles de identificar) que deberían figurar en una presentación completa:

* los principales fabricantes de armas (como Lockheed Martin, Boeing, BAE Systems, Raytheon, Northrop Grumman y General Dynamics)

* los principales bancos (incluyendo Industrial & Commercial Bank of China, China Construction Bank, HSBC Holdings, JPMorgan Chase, Mitsubishi UFJ Financial Group y Bank of America) y sus “grupos industriales” como la Conferencia Monetaria Internacional

* las principales compañías de inversión (incluyendo BlackRock, Capital Group Companies, FMR, AXA y JP Morgan Chase)

*las principales empresas de servicios financieros (incluyendo Berkshire Hathaway, AXA, Allianz y BNP Paribas)

*las principales empresas de energía (tales como Coal India, Adani Enterprises, China Shenhua Energy, China Coal Energy, Mechel, Exxaro Resources, Public Power, Glencore y Peabody Energy) así como las corporaciones petroleras y de gas (tales como Saudi Aramco, Gazprom, Rosneft, PetroChina, ExxonMobil, Lukoil, BP, Royal Dutch Shell, Petrobras, Chevron, Novatek, Total S.A. y Eni)

* las principales empresas de tecnología (incluyendo Apple, Samsung, Microsoft, Alphabet [dueña de Google], IBM, Intel, Cisco Systems, Oracle, Hon Hai Precision y Hewlett Packard)

* las principales empresas mediáticas (incluyendo a Alphabet, Comcast, Disney, AT&T, News Corporation, Time Warner, Fox, Facebook, la BBC, Bertelsmann y Baidu)

* las principales empresas de marketing y relaciones publicas (incluyendo a Edelman, W2O Group, APCO Worldwide, Deksia, BrandTuitive, Fearless Media y Citizen Group)

* los principales gigantes agroquímicos (pesticidas, semillas, y fertilizantes) (incluyendo Bayer, Syngenta, Dow, Monsanto y DuPont)

* las principales corporaciones farmacéuticas (incluyendo a Johnson & Johnson, Roche, Pfizer, Novartis, Sanofi y GlaxoSmithKline)

* las principales corporaciones de biotecnología (mutilación genetica) (incluyendo, otra vez, a Johnson & Johnson, Roche, Pfizer y Novartis)

* las principales corporaciones de minería (incluyendo a Glencore Xtrata, BHP Billiton, Rio Tinto, Vale, Anglo American, China Shenhua Energy, Freeport McMoRan Copper & Gold y Barrick Gold)

* las principales corporaciones de energía nuclear (incluyendo a Areva, Rosatom, General Electric/Hitachi, Kepco, Mitsubishi, Babcock & Wilcox, BNFL, Duke Energy, McDermott International, Southern, NextEra Energy, American Electric Power y Westinghouse)

* las principales corporaciones multinacionales alimentarias (incluyendo a Cargill, Archer Daniels Midland Company [ADM], Nestlé, PepsiCo, Coca-Cola, Unilever, Danone, General Mills, Kellogg’s, Mars, Associated British Foods y Mondelez)

* las principales corporaciones acuíferas (incluyendo a Veolia, Suez Environnement, ITT Corporation, United Utilities, Severn Trent, Thames Water, y American Water Works).

Por supuesto, la elite global también incluye foros donde varias combinaciones de individuos del elitista mundo corporativo, político, mediático y académico se reúnen para planificar la explotación y continua violencia contra la Tierra y sus habitantes. Esto con la intención de consolidar y extender su control sobre los pueblos, mercados y recursos para maximizar sus privilegios, beneficios y poder a expensas de nosotros y de la vida en general. Entre las organizaciones intergubernamentales, se incluyen las Naciones Unidas, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.

Un análisis de la agenda de reuniones elitescas – tales como las del Foro Económico Mundial, el Grupo Bilderberg y la Comisión Trilateral – revela una absoluta falta de interés, a pesar de la retórica y la mención simbólica ocasional de problemas insistentes que van desde la amenaza de guerra nuclear y la catástrofe climática a las muchas guerras actuales, profundizando la explotación en la economía global, una extensa gama de amenazas medioambientales y la crisis de los refugiados, que han sido ocasionadas por ellos y ahora deliberadamente los exacerban. Véase, por ejemplo, la agenda de la reunión (2018) del Foro Económico Mundial en Davos.

Los principales sirvientes de la elite global incluyen a políticos líderes de los principales países industrializados (quienes legislan para progresivamente expandir el poder, beneficios y privilegios de la elite, tales como las reducciones fiscales de Donald Trump para los ricos, a expensas de programas sociales), jueces y abogados que defienden el poder de la elite usando el sistema legal diseñado y manipulado por una minoría selecta: alguna vez han oído que a un rico, convicto en un tribunal, se le haya impuesto una pena severa o de alguna gran corporación a la que se le haya exigido, legalmente, cuentas por la explotación de los pueblos indígenas o por la destrucción del medio ambiente?, así como editores y periodistas de medios corporativos personal de la industria del entretenimiento, academicos, organizaciones industriales (tales como la Mesa Redonda Europea de Industriales) que representan los intereses de grandes corporaciones, los llamados “grupos de análisis” (como el Consejo de Relaciones Exteriores y la Institución Brookings) y “consorcios filantrópicos” (como las fundaciones Rockefeller, Carnegie y Ford) los cuales justifican, ignoran o desvían la atención de la violencia y explotacion de la elite.

También es importante señalar que entre los principales sirvientes de la élite mundial figuran quienes trabajan en organismos dirigidos por la élite, en particular los que pertenecen a la denominada “comunidad de la inteligencia” (como la CIA de los Estados Unidos, el MI6 británico, la SVR RF rusa, el Ministerio de Seguridad del Estado de China y el Mossad israelí), que desempeñan funciones de élite en relación con espionaje, vigilancia y asesinatos secretos (en particular de activistas de base), aparentemente bajo la dirección de gobiernos nacionales. Pero también incluye a muchos funcionarios de nivel inferior, como quienes trabajan como grupos de presión política o en la burocracia, así como los que trabajan en los sistemas educativo, policial y penitenciario o en las fuerzas militares.

Entonces, ¿por qué afirmo que la élite y quienes la sirven están locos?

Cualquier diccionario ofrecerá una simple definición de “cordura” en la línea de “solidez de juicio o razón” y “la capacidad de pensar y hablar de manera razonable y de comportarse normalmente”.

Pero si usamos esta definición de cordura, entonces, obviamente, “cordura” debe interpretarse como “sano juicio, razonable y normal” para seguir perpetrando la violencia y la explotación que abrumadoramente son características de nuestro mundo. Después de todo, la mayoría de las personas aceptan impotentes este estado increíblemente violento de acontecimientos y, si acaso lo discuten, lo hacen en términos de sus méritos políticos, económicos, morales o de otro tipo. Pocas personas argumentan, simplemente, que la violencia es una locura.

Así que me gustaría proponer una definición más rigurosa de la cordura: Cordura es la capacidad de considerar un conjunto de circunstancias, analizar cuidadosamente la evidencia relativa a esas circunstancias, identificar la causa de cualquier conflicto o problema y responder apropiadamente, tanto emocional como intelectualmente, a ese conflicto o problema con la intención de resolverlo, preferiblemente a un nivel más alto de satisfacción de necesidades para todas las partes (incluyendo las de la Tierra y todas sus criaturas vivientes).

Claramente, la definición de cordura que propongo implica que cualquier concepción que tengamos de “sano juicio”, “razonable” y “normal” significa que son cualidades que asociamos con individuos que poseen una capacidad deseable de mejorar el estado general de los asuntos humanos, ya sea por relación interpersonal o geopolíticamente. Esto significa, al menos, capacidad de reducir la violencia o la explotación en un contexto u otro.

Por supuesto, ustedes podrían acusarme de escribir una definición de “cordura” que le sirva a mi agenda de mejorar drásticamente el orden mundial en dirección a la paz, la justicia y la sostenibilidad. ¡Y tienen razón! Pero, ¿a quién le interesa que la cordura se defina como un comportamiento que involucre “buen juicio” y que se considere “razonable y normal” en un contexto de perpetuidad de una violencia descomunal?

Alternativamente, se podría argumentar que mi definición de locura es demasiado amplia. Seguramente, se podría decir, que podemos explicar muchos de los comportamientos descritos anteriormente en términos de diferentes sistemas de creencias, ideologías y religiones. ¿No tiene alguien que cree en matar personas para ganar guerras (o por otras razones), una visión del mundo diferente de la de aquellos que creen que se deben resolver los conflictos sin violencia? ¿No tiene un capitalista una visión del mundo diferente de la de quienes creen que las personas deben compartir los recursos por igual? ¿Acaso una persona que cree en la acumulación ilimitada de riqueza no tiene una visión del mundo diferente de los que creen en la sostenibilidad ecológica?

Pero aquí hay algo más esencial. Como expliqué en el artículo original, citado al principio de este: ¿Realmente creen que esté sano alguien que es capaz de perpetrar una violencia extraordinaria, inequidad y cuyo comportamiento amenaza a la biosfera – y por lo tanto es claramente incapaz de sentir y expresar el amor, compasión, empatía y la simpatía que impulsaría una orientación no violenta para el mundo?

Dado que cualidades emocionales como el amor, la compasión, la empatía y la simpatía son un regalo evolutivo para los que no han sufrido daños graves durante la infancia, ¿qué les pasó a los individuos que no las poseen? Véase ‘¿Por qué la violencia?’ y ‘Psicología intrépida y temerosa: Principios y Práctica’.

O, para explicarlo fundamentado en mi definición más larga de cordura resaltada arriba: Observación casual del estado de nuestro mundo, incluyendo la amenaza principal de la extinción humana a corto plazo a través de una catástrofe climática o de una guerra nuclear – véase ‘En camino a la extinción: ¿Podrá sobrevivir la humanidad?’ – se revela claramente que nadie entre los miembros de la élite está prestando atención al peligroso estado de nuestro mundo, analizando las pruebas en relación con él, identificando la causa o causas que lo impulsan o respondiendo enérgicamente para ponerle fin. ¿Por qué es esto así?

En esencia, se debe a que una manifestación de su locura los impulsa a negar la realidad – véase ‘La psicología de la negación’ – para obtener enormes beneficios de la producción de armas utilizadas para matar personas, la quema de combustibles fósiles que destruyen el clima, la destrucción del medio ambiente (a través de, por ejemplo, la minería y la tala de bosques tropicales), la agricultura comercial basada en el envenenamiento y la mutilación genética de los alimentos, la producción y venta en masa de alimentos envenenados, procesados y nutricionalmente agotados, el consumo de drogas que destruyen la salud y crean dependencia, y el control de la venta de agua, que alguna vez se consideró un derecho humano. Además, la locura hace que la élite haga todo lo que esté en su poder para que este estado de cosas les siga siendo altamente rentable. Véase ‘Maximizar los beneficios es fácil: invierta en la violencia’.

Además, por supuesto, no hay pruebas de que la élite se comprometa a esforzarse por poner fin a las numerosas guerras locales (de las que obtienen enormes beneficios), acabar con la explotación corporativa de seres humanos (que mata, sólo por inanición, a 100.000 personas al día pero de ellas obtienen enormes beneficios) y de seres no humanos (que cada día lleva a la extinción a 200 especies) o poner fin a la destrucción medio ambiental de múltiples maneras (de las que obtienen enormes beneficios).

Así pues, en resumen, dada nuestra actual prisa por la extinción, es evidente que quienes exacerban esta amenaza al no considerar y actuar con conciencia (ni alentar la acción consciente de otros) no satisfacen la definición de cordura que ofrecí anteriormente. En resumen: Arriesgar el futuro de la humanidad no es cordura.

Como un aparte, cabe señalar: Con frecuencia, la élite puede confiar en una población en gran medida demente para que consuman, inconscientemente, el último producto de consumo, por innecesario que sea, o puede confiar en sus agentes de marketing y publicidad para persuadir a quienes de nosotros muestren la más mínima reticencia a comprar la última necedad.

Así que con una élite global demente y sus muchos sirvientes dementes así como una población, en gran parte demente, de consumidores, ¿qué podemos hacer quienes tenemos la cordura de responder poderosamente a tantas amenazas a nuestra supervivencia?

Bueno, si quieres un niño que esté emocional e intelectualmente comprometido con el mundo y por lo tanto sea capaz de responder poderosamente a las circunstancias de ellos (lo que incluye poder resistir la atracción de servirle a la élite y ser engañado por su marketing), entonces la manera de hacerlo no es aterrorizar al niño para la obediencia. Por lo tanto, tal vez quieras considerar hacer ‘Mi promesa a los niños’.

Si eres lo suficientemente cuerdo para investigar la evidencia y actuar de forma inteligente y poderosa en respuesta a ella, te animo a hacerlo. Una opción que tiene usted si encuentra la evidencia en relación a una o más de las amenazas mencionadas arriba, es unirse a los que participan en el ‘Proyecto Flame Tree para salvar la vida en la Tierra’.

Si usted es lo suficientemente consciente de sí mismo como para saber que tiende a evitar las “cuestiones difíciles” y a tomar las medidas que éstas requieran, entonces tal vez podría abordar este problema en su origen ‘Poniendo los sentimientos primero’. Desafortunadamente, como se mencionó anteriormente, pocos de nosotros tuvimos una infancia que alimentara nuestra cordura.

Si usted quiere movilizar a la gente para que se haga una campaña eficaz contra el clima, la guerra, la destrucción de la selva tropical o cualquier otra violencia impulsada por la élite que amenace nuestro futuro, considere la posibilidad de desarrollar una estrategia integral no violenta para hacerlo. Véase la Estrategia de Campaña No Violenta.

Y si desea participar en el esfuerzo mundial para ponerle fin a la locura que llamamos violencia en todas sus manifestaciones, le invitamos a considerar la posibilidad de firmar el compromiso en línea del ‘Estatuto de los Pueblos Para Crear un Mundo No Violento’.

La locura de la élite, si no se detiene, nos expulsará de la existencia. Si usted cree que la élite y sus sirvientes “verán la luz” antes de que sea demasiado tarde, le invito a buscar la evidencia que justifique su creencia. Yo no he encontrado ninguna.

Tampoco veo ninguna evidencia de que los miembros de la élite hagan la curación emocional necesaria para poder actuar cuerdamente en respuesta a la crisis de amenaza de extinción que la élite ha generado.

Así que detener la carrera hacia la extinción antes de que sea demasiado tarde, depende de quienes podamos pensar y actuar con sensatez.

¿Es usted una de esas personas?

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Robert Burrowes, Ph.D. es miembro de la Red TRANSCEND para la Paz, el Desarrollo y el Medio Ambiente y tiene un compromiso de vida para entender y poner fin a la violencia humana. Se ha realizado una amplia investigación desde 1966 en un esfuerzo para entender por qué los seres humanos son violentos y ha sido un activista por la noviolencia desde 1981. Es autor de Why Violence? Websites: (Charter)  (Flame Tree Project)  (Songs of Nonviolence) (Nonviolent Campaign Strategy) (Nonviolent Defense/Liberation Strategy) (Robert J. Burrowes) (Feelings First) Email: flametree@riseup.net

Traducción: Antonio G. Rodero tradservice17@gmail.com

Original in English: ‘The Global Elite Is Insane’ Revisited – 26 March 2018


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This article originally appeared on Transcend Media Service (TMS) on 10 Aug 2020.

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